Puertas abiertas.

El desamor es nuestra cama deshecha…
es un couscous con verduras…
los abrazos de tu hijo en mi memoria…
las velas a partir de las ocho de la tarde…
Es el zumo de naranja y tu paciencia…
es el calor de tus abrazos…
la sonrisa de tus ojos…
la cicatriz aterciopelada de tu mano…

El desamor es estar cerca del mar y de ti…
es la hamaca de tus brazos…
son cordones de mil colores…
grilletes y remiendos imposibles…

El desamor es un tocadiscos, dos e incluso tres…
es un vaso de agua en la mesilla…
es curry, comino y clavo
y cortar de «esa manera» los dientecitos de ajo…

El desamor es peinarse con paciencia…
un abrazo por detrás…
una caja de herramientas…
una maraña de cables…
Son tus zapatillas todavía por aquí…
en realidad, exactamente aquí…

El desamor son los amantes vectoriales…
decibelios, ganancias y potenciómetros…
la suavidad de tus besos…
luces estroboscópicas brotando de tu pecho…

Tú sabes que el desamor no es otra cosa que mi amor sin más…
Hemos vuelto a deshacer la cama…
No pude evitar dejarme abierta la ventana…